Emmanuel CampaA poco más de un año del fin de su paso por esta tierra, Fernando Valenzuela vuelve a ocupar un espacio central en la conversación del beisbol. Esta vez bajo un contexto tan simbólico como decisivo. Mañana, el comité de la era contemporánea del Salón de la Fama se reunirá en Orlando para determinar si el legado del lanzador mexicano finalmente recibe el reconocimiento que por décadas se ha considerado pendiente. No es un trámite más: es el momento en el que la Fernandomanía, fenómeno cultural que transformó a los Dodgers y a la comunidad latina, podría encontrar su consagración definitiva. El proceso llega con un peso especial. La boleta incluye a candidatos como Barry Bonds, Roger Clemens, Don Mattingly, Dale Murphy, Gary Sheffield y Jeff Kent, pero el caso de Valenzuela es distinto. No se trata solo de cifras, sino de un impacto que rebasó por completo las líneas de cal. Valenzuela, fallecido en octubre de 2024, se convirtió en un símbolo generacional cuya influencia reconfiguró la relación entre las Grandes Ligas y los aficionados mexicanos dentro y fuera de Estados Unidos. El comité está integrado por dieciséis votantes, entre ellos leyendas como Ferguson Jenkins, Jim Kaat, Juan Marichal, Tony Pérez, Ozzie Smith, Alan Trammell y Robin Yount; nombres capaces de evaluar desde la experiencia lo que significó competir al más alto nivel en la época donde el sonorense irrumpió con una mezcla irrepetible de dominio y carisma. A ellos se suman los propietarios Mark Attanasio y Arte Moreno, exdirectivos como Kim Ng, Doug Melvin, Tony Reagins y Terry Ryan, además de los periodistas Tyler Kepner, Jayson Stark y el historiador Steve Hirdt. La presidenta del recinto, Jane Forbes Clark, presidirá la reunión sin derecho a voto. Cada integrante podrá seleccionar hasta tres candidatos, y para ingresar al recinto se requiere el setenta y cinco por ciento de las papeletas. Quien supere ese umbral será entronizado el 26 de julio, en una ceremonia compartida con los elegidos por la Asociación de Cronistas de Beisbol de Estados Unidos. La presión es real: desde marzo, el Salón de la Fama endureció las reglas y cualquier aspirante que reciba menos de cinco votos quedará fuera del siguiente ciclo trienal. El expediente de Valenzuela ofrece números sólidos, marca de 173-153, efectividad de 3.54, 2 mil setenta y cuatro ponches, seis Juegos de Estrellas, Premio Cy Young y Novato del Año en 1981. Pero su candidatura no se explica únicamente a través de estadísticas. La irrupción de la Fernandomanía redefinió audiencias, abrió mercados y modificó para siempre el vínculo entre los jugadores latinos y la industria. Ese impacto, en su tiempo subestimado, hoy es parte esencial de la discusión. La primera vez que su nombre apareció en la boleta de la BBWAA recibió seis punto dos por ciento en 2003 y luego tres punto ocho en 2004, porcentaje que lo dejó fuera de futuras consideraciones. Mañana, más de dos décadas después, el comité tendrá la oportunidad de evaluar su figura desde una narrativa más amplia, aquella que reconoce que algunas carreras no se miden únicamente en triunfos y efectividad, sino en su capacidad para cambiar la historia. Contenidos Relacionados: Revelan al comité que decidirá si el Toro Valenzuela entra al Salón de la FamaLos Dodgers buscan la corona de la Serie Mundial en el Día de Fernando ValenzuelaContemplan a Fernando Valenzuela para el Salón de la FamaEmmanuel CampaA poco más de un año del fin de su paso por esta tierra, Fernando Valenzuela vuelve a ocupar un espacio central en la conversación del beisbol. Esta vez bajo un contexto tan simbólico como decisivo. Mañana, el comité de la era contemporánea del Salón de la Fama se reunirá en Orlando para determinar si el legado del lanzador mexicano finalmente recibe el reconocimiento que por décadas se ha considerado pendiente. No es un trámite más: es el momento en el que la Fernandomanía, fenómeno cultural que transformó a los Dodgers y a la comunidad latina, podría encontrar su consagración definitiva. El proceso llega con un peso especial. La boleta incluye a candidatos como Barry Bonds, Roger Clemens, Don Mattingly, Dale Murphy, Gary Sheffield y Jeff Kent, pero el caso de Valenzuela es distinto. No se trata solo de cifras, sino de un impacto que rebasó por completo las líneas de cal. Valenzuela, fallecido en octubre de 2024, se convirtió en un símbolo generacional cuya influencia reconfiguró la relación entre las Grandes Ligas y los aficionados mexicanos dentro y fuera de Estados Unidos. El comité está integrado por dieciséis votantes, entre ellos leyendas como Ferguson Jenkins, Jim Kaat, Juan Marichal, Tony Pérez, Ozzie Smith, Alan Trammell y Robin Yount; nombres capaces de evaluar desde la experiencia lo que significó competir al más alto nivel en la época donde el sonorense irrumpió con una mezcla irrepetible de dominio y carisma. A ellos se suman los propietarios Mark Attanasio y Arte Moreno, exdirectivos como Kim Ng, Doug Melvin, Tony Reagins y Terry Ryan, además de los periodistas Tyler Kepner, Jayson Stark y el historiador Steve Hirdt. La presidenta del recinto, Jane Forbes Clark, presidirá la reunión sin derecho a voto. Cada integrante podrá seleccionar hasta tres candidatos, y para ingresar al recinto se requiere el setenta y cinco por ciento de las papeletas. Quien supere ese umbral será entronizado el 26 de julio, en una ceremonia compartida con los elegidos por la Asociación de Cronistas de Beisbol de Estados Unidos. La presión es real: desde marzo, el Salón de la Fama endureció las reglas y cualquier aspirante que reciba menos de cinco votos quedará fuera del siguiente ciclo trienal. El expediente de Valenzuela ofrece números sólidos, marca de 173-153, efectividad de 3.54, 2 mil setenta y cuatro ponches, seis Juegos de Estrellas, Premio Cy Young y Novato del Año en 1981. Pero su candidatura no se explica únicamente a través de estadísticas. La irrupción de la Fernandomanía redefinió audiencias, abrió mercados y modificó para siempre el vínculo entre los jugadores latinos y la industria. Ese impacto, en su tiempo subestimado, hoy es parte esencial de la discusión. La primera vez que su nombre apareció en la boleta de la BBWAA recibió seis punto dos por ciento en 2003 y luego tres punto ocho en 2004, porcentaje que lo dejó fuera de futuras consideraciones. Mañana, más de dos décadas después, el comité tendrá la oportunidad de evaluar su figura desde una narrativa más amplia, aquella que reconoce que algunas carreras no se miden únicamente en triunfos y efectividad, sino en su capacidad para cambiar la historia. Contenidos Relacionados: Revelan al comité que decidirá si el Toro Valenzuela entra al Salón de la FamaLos Dodgers buscan la corona de la Serie Mundial en el Día de Fernando ValenzuelaContemplan a Fernando Valenzuela para el Salón de la Fama

Cooperstown decidirá el futuro de Fernando Valenzuela

2025/12/07 10:16

A poco más de un año del fin de su paso por esta tierra, Fernando Valenzuela vuelve a ocupar un espacio central en la conversación del beisbol.

Esta vez bajo un contexto tan simbólico como decisivo. Mañana, el comité de la era contemporánea del Salón de la Fama se reunirá en Orlando para determinar si el legado del lanzador mexicano finalmente recibe el reconocimiento que por décadas se ha considerado pendiente.

No es un trámite más: es el momento en el que la Fernandomanía, fenómeno cultural que transformó a los Dodgers y a la comunidad latina, podría encontrar su consagración definitiva.

El proceso llega con un peso especial. La boleta incluye a candidatos como Barry Bonds, Roger Clemens, Don Mattingly, Dale Murphy, Gary Sheffield y Jeff Kent, pero el caso de Valenzuela es distinto. No se trata solo de cifras, sino de un impacto que rebasó por completo las líneas de cal. Valenzuela, fallecido en octubre de 2024, se convirtió en un símbolo generacional cuya influencia reconfiguró la relación entre las Grandes Ligas y los aficionados mexicanos dentro y fuera de Estados Unidos.

El comité está integrado por dieciséis votantes, entre ellos leyendas como Ferguson Jenkins, Jim Kaat, Juan Marichal, Tony Pérez, Ozzie Smith, Alan Trammell y Robin Yount; nombres capaces de evaluar desde la experiencia lo que significó competir al más alto nivel en la época donde el sonorense irrumpió con una mezcla irrepetible de dominio y carisma. A ellos se suman los propietarios Mark Attanasio y Arte Moreno, exdirectivos como Kim Ng, Doug Melvin, Tony Reagins y Terry Ryan, además de los periodistas Tyler Kepner, Jayson Stark y el historiador Steve Hirdt. La presidenta del recinto, Jane Forbes Clark, presidirá la reunión sin derecho a voto.

Cada integrante podrá seleccionar hasta tres candidatos, y para ingresar al recinto se requiere el setenta y cinco por ciento de las papeletas. Quien supere ese umbral será entronizado el 26 de julio, en una ceremonia compartida con los elegidos por la Asociación de Cronistas de Beisbol de Estados Unidos. La presión es real: desde marzo, el Salón de la Fama endureció las reglas y cualquier aspirante que reciba menos de cinco votos quedará fuera del siguiente ciclo trienal.

El expediente de Valenzuela ofrece números sólidos, marca de 173-153, efectividad de 3.54, 2 mil setenta y cuatro ponches, seis Juegos de Estrellas, Premio Cy Young y Novato del Año en 1981.

Pero su candidatura no se explica únicamente a través de estadísticas. La irrupción de la Fernandomanía redefinió audiencias, abrió mercados y modificó para siempre el vínculo entre los jugadores latinos y la industria. Ese impacto, en su tiempo subestimado, hoy es parte esencial de la discusión.

La primera vez que su nombre apareció en la boleta de la BBWAA recibió seis punto dos por ciento en 2003 y luego tres punto ocho en 2004, porcentaje que lo dejó fuera de futuras consideraciones.

Mañana, más de dos décadas después, el comité tendrá la oportunidad de evaluar su figura desde una narrativa más amplia, aquella que reconoce que algunas carreras no se miden únicamente en triunfos y efectividad, sino en su capacidad para cambiar la historia.

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